EL DICHOSO CORCHO.
Hace años, un inspector visitó una escuela primaria.
En su recorrido observó algo que le llamó poderosamente la atención, una maestra estaba atrincherada en la parte trasera del aula, los alumnos tenían un gran desorden; el cuadro era caótico. Decidió presentarse:
El inspector: Con permiso, soy el inspector. ¿Algún problema?
La maestra: Estoy abrumada, señor, no sé qué hacer con estos chicos. No tengo láminas, el Ministerio no me manda material didáctico, no tengo nada nuevo que mostrarles ni qué decirles.El inspector, que era docente de vocación, vio un corcho en el desordenado escritorio.
Lo tomó y con aplomo se dirigió a los chicos:
El inspector: ¿Qué es esto?
Los alumnos: Un corcho.
El inspector: Bien, ¿de dónde sale el corcho?
Los alumnos: De la botella señor, lo coloca una máquina, del alcornoque, de un árbol, de la madera…
El inspector: ¿Y qué se puede hacer con madera?
Los alumnos: Sillas, una mesa, un barco…
El Inspector: Bien, tenemos un barco. ¿Quién lo dibuja? ¿Quién pinta un mapa en la pizarra y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito? Escriban a qué provincia pertenece. ¿Y cuál es el puerto más cercano? ¿Qué poeta conocen que nació allí? ¿Qué produce esta región? ¿Alguien recuerda una canción de este lugar?Y así comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión, etc.
La maestra quedó impresionada. Al terminar la clase le dijo conmovida:
La maestra: Señor, nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas gracias.
Pasó el tiempo. El inspector volvió a la escuela y buscó a la maestra. Estaba acurrucada en la parte trasera de su escritorio, los alumnos otra vez en total desorden.
El inspector: Señorita, ¿qué pasa? ¿No se acuerda de mí?
La maestra: Sí señor. ¡Cómo olvidarme! Qué suerte que regresó. No encuentro el corcho por ningún sitio. ¿Dónde lo dejó?
(Extraído de “Cuentos para regalar a personas inteligentes” de Enrique Mariscal. Gaia Ediciones)
Déjame Que Te Cuente Una Historia De…¿Corchos?
¿Necesitas que te cuente la moraleja?
Al hilo de lo que comentábamos la semana pasada, vamos a aprender de todos los personajes de esta historia:
EL INSPECTOR: “personaje a modelar”
- Capaz de sacar una clase de ¡Un corcho! No se puede tener menos para hacer una dinámica. (En realidad, sí se puede, se puede no tener nada y utilizarte a ti mismo o a tus alumnos como protagonistas de la dinámica).
- Tiene claro cuál es su objetivo, hacia dónde dirigir la formación, qué quiere conseguir.
- Conoce a su auditorio, sabe qué le ilusiona, le apasiona, cómo hacer para que se emocionen con el aprendizaje que se le propone.
LA MAESTRA: “la que nos enseña lo que NO hacer”
- Atada a sus libros, su material didáctico, sus fichas…
- Sabe ¿cuál es su objetivo? O más bien pone su atención en el temario que debería estar desarrollando.
- Y cuando parecía haber entendido de qué va en realidad la formación… ¡Pierde el corcho! También podría haber resultado que los niños le dijeran: “Eso ya lo hemos hecho,” ¿Te suena? Usa dinámicas pero no sabe ni para qué ni por qué las usa. Copia sin entender…
LOS ALUMNOS: “nuestros clientes”
- Nos muestran cómo, si lo que cuentas tiene relación con lo que viven, con lo que ya saben, se implican en el aprendizaje.
- Cómo, si se sienten protagonistas, participan sin parar, en lugar de tumbarse en sus sillas.
- En definitiva, que el aprendizaje que suma la emoción al mundo de las ideas es doblemente efectivo.
Muchas veces oímos o incluso hacemos comentarios peyorativos sobre la forma de enseñar en nuestros colegios. Sin embargo, hoy quiero poner la atención, sobre todos esos maestros (especialmente los de infantil, aunque no son los únicos) que trabajan por proyectos. Algunos no tendréis hijos y es posible que no sepáis de qué hablo, yo tengo cuatro hijas y hablo conocimiento de causa.
Trabajar por proyectos implica empezar el aprendizaje por lo que los niños ya conocen. Elegir un tema que les guste: “los dinosaurios”, “los castillos”, “el circo”… Y, como el protagonista de nuestra historia, llegar de ahí a todas las materias que están en el programa. Son los niños los que trabajan, los que llegan hasta dónde llega su curiosidad. Apoyados y alentados por sus maestros y con la colaboración de las familias que ayudan a recoger información.
Eso sí no hay fichas, ni textos de ninguna editorial… Exige más trabajo, pero convierte la enseñanza en un mundo apasionante, para los niños, los maestros y los padres.
Espero que te haya gustado este artículo, te haya resultado inspirador y motivador para tu labor del día a día, y que uses los nuevos aprendizajes desde ya mismo. ¡Verás qué buenos resultados da!
Déjame Que Te Cuente Una Historia De…¿Corchos?
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Hasta la próxima. Un gran abrazo,
Miguel Ángel Romero
Fundador y Director de FormacionParaFormadores.com
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