Me he tomado la licencia de usar esta clasificación tan popular de los 7 “pecados capitales” (Lujuria, Pereza, Gula, Ira, Envidia, Avaricia y Soberbia), revitalizados por la película Seven, para revisar algunos errores o vicios presentes en la labor del formador que, por sus efectos, pueden tener importancia capital, tanto para el aprendizaje real de nuestros alumnos, como para nuestro crecimiento y desarrollo como profesionales y de nuestros negocios.
Sirvan pues como herramienta de reflexión sobre lo que he hecho y estoy haciendo actualmente y como alerta para no cometerlos.
En el primer artículo analizamos la Lujuria, en su acepción de explotación o manipulación de otros: la obsesión con el dominio. En el segundo artículo la Pereza, como falta de ánimo, descuido, dejadez o negligencia. En el tercero la Gula, como exceso en cualquier ámbito de la formación. En el quinto La Envidia, desde donde nos comparamos para perder en vez de para crecer. En el sexto La Avaricia, que nos lleva a acumular y guardar en vez de dar y compartir.
En este séptimo y último artículo de la saga, vamos a hablar de…
La Soberbia
“La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió.”
Francisco de Quevedo
“Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces.”
Dicho popular
Llegados a éste pecado, me encantaría decir que el artículo queda desierto porque no tiene nada que ver con los formadores y, sin embargo… sospecho que hay material suficiente para el artículo.
La soberbia es el exceso de valoración de uno mismo, creyéndose siempre por encima de los demás: es prima hermana del orgullo desmedido, de la vanidad, de la prepotencia… Puede ser la fuente de otros pecados capitales como la avaricia, la envidia y la ira. En la Biblia, aparece como el pecado cometido por Lucifer al querer ser el ángel más valorado, el primero de entre todos y competir con Dios. Y ya sabemos como acaba la historia…
En nuestra profesión de formadores, éste tal vez es el pecado más grave, porque dificulta que otros conecten contigo (la soberbia genera rechazo), porque donde hay tanto ego, hay poca alma y eso se nota en un proceso de enseñanza y, sobre todo, porque nos congela como formadores al cerrarnos la puerta al nuevo aprendizaje. Sólo el que se atreve a decir “no sé” se abre al aprendizaje. Y para el soberbio, eso es muy, muy difícil.
Los 7 Pecados Capitales Del Formador (VII): La Soberbia
Caemos en el “pecado de La Soberbia” como formadores cuando…
- creo que lo sé todo y me niego a aceptar nuevas propuestas o conocimientos, porque lo mío…
- me auto valoro en exceso y en detrimento de los demás; un típico ejemplo sería el del formador que se siente por encima de sus alumnos, cuando siempre hay tanto que aprender
- cuando hablo de mí y de mí y luego de mí y me olvido de quien es el auténtico protagonista de la formación: el participante o alumno
- sólo tengo puesto el foco en lo que yo digo y hago y pierdo la perspectiva de lo que les ocurre a los alumnos con lo que yo digo y hago
- no acepto críticas o sugerencias de mejora; esto suele ocurrir cuando me encuentro con algún comentario o nota negativa en las evaluaciones y descalifico el comentario en vez de aceptar el juicio como un punto de vista que me puede ayudar a mejorar. Incluso he oído decir: “ah, bueno, eso lo habrá puesto el idiota ese que…”
- dejo de ser un “formador aprendedor” porque no encuentro a nadie ni nada que me pueda hacer aprender más…
- entro en los procesos de aprendizaje propios tan sólo para confirmar lo que ya sé
- …
“La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano”
San Agustín
Así que, aunque a veces nos llenen los oídos de palabras de halago, nos sonría el éxito y estemos próximos a sentirnos un “ser de luz”, cierta dosis de humildad es necesaria para seguir creciendo y seguir prestando un servicio de calidad como formadores. Tal vez sería bueno poder tener a alguien cercano, como los antiguos triunfadores romanos, a nuestro lado para que nos recuerde que somos humanos… ¿Qué piensas tú de la soberbia en nuestra profesión?
Y con éste completamos la serie de los 7 Pecados Capitales del Formador.
Espero que te haya gustado este artículo, te haya resultado inspirador y motivador para tu labor del día a día, y que uses los nuevos aprendizajes desde ya mismo. ¡Verás qué buenos resultados da!
Los 7 Pecados Capitales Del Formador (VII): La Soberbia
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Hasta la próxima. Un gran abrazo,
Miguel Ángel Romero
Fundador y Director de FormacionParaFormadores.com
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